miércoles, 9 de enero de 2013

ABEL IANIRO (1919-1962), por Germán Cáceres


Para hacer un buen dibujo no basta gustarlo, hay que sentirlo (...) Mis mejores chistes humorísticos han sido sacados de la vida real.
Abel Ianiro



Nació y falleció (a los cuarenta y tres años) en Buenos Aires. Fue humorista, dibujante publicitario y caricaturista. Sus primeras colaboraciones aparecieron en la revista La Cancha, y luego en Patoruzú, Cascabel, Cara Sucia, Rico Tipo, Chicas, Chabela, Leoplán, Canal TV y Tía Vicenta.
En Leoplán creó en la década del cuarenta tres historietas: Tóxico y Biberón, Casanova Conquistador y Purapinta.

En Rico Tipo 94, 1946

Tóxico y Biberón (1944) formaban un dúo de padre e hijo. El primero era pequeño y dañino y el segundo un gordo grandote y cándido que impedía que las maldades paternas se concretaran: el humor de la tira jugaba con esta oposición. Gráficamente, Ianiro gestó algo así como un desorden planetario con sus grises y negros plenos, sus enfoques y perspectivas forzados, y sus planos lejanos de personajes y objetos de tamaño diminuto.
En revista Leoplán, 1946.

Purapinta, que se publicó desde 1944 en Rico Tipo, posee un físico portentoso y ostenta una pose envarada y fanfarrona, muy similar a la del genial Dr. Merengue, de Guillermo Divito. Con un pecho descomunal, propio de un boxeador, se comporta como un guapo, pero a la primera reacción del rival se acobarda y evita la pelea. Por boca de Ianiro, en 1953 y en la revista Atelier, Purapinta declaró: “Sucede que me gusta imponerme a la gente, pero sin hacerle daño. Claro que no siempre me comprenden y muchas veces reaccionan desfavorablemente. Es entonces que pienso: ¿Para qué pelear? ¡Si le pego lo mato!”  La única vez que se envalentona y asusta a ladrones de escasa monta es cuando se convierte en policía uniformado. En una oportunidad, tras su bravata de “¡No lo aguanto más!”, se limita a quitarse el pull-over que lo estaba molestando. En otra, se encuentra sentado tomando mate en un banquito de una habitación con la puerta abierta, lo que le permite oír los gritos de una mujer que está pidiendo socorro. Se levanta y parece dispuesto a defenderla, pero sólo da un portazo y exclamar “¡Listo!”. Y en una tira le está propinando una paliza abrumadora al adversario, pero en el último cuadrito se lo ve en la cama y la voz en off de la madre le grita “¡Arriba Purapinta” en tanto él le contesta “Ufa, mamá! ¡Me despertaste en lo mejor!”. La historieta continuó republicándose en la revista Lúpin.

En revista Leoplán, 1948.

En 1957 empezó a salir en “El suplemento del Doctor Merengue” de Rico Tipo, un nuevo perdedor, pero en el amor. Se trata de Tito Faldas, personaje que intenta ser un seductor, pese a que siempre fracasa en forma bochornosa. Es más estilizado y delgado que Purapinta, se viste impecablemente y usa un cuidado bigote.

En revista Rico Tipo, 1946.

A partir de 1945 Marmolín se publicó en Rico Tipo. Es una estatua en actitud solemne sobre un pedestal ubicado en una plaza, que porta bajo el brazo un libro enorme. Da la sensación de ser un prócer civil de fines del siglo XIX  (en una tira se aclara que se recibió de abogado y que nació en 1875). El personaje cobra vida de acuerdo a lo que sucede a su alrededor. Por ejemplo, un hombre se encuentra parado leyendo un diario de espaldas a la estatua, y ésta aprovecha para a su vez leerlo de reojo. Cuando el tipo –sin abandonar la lectura- comienza a caminar, Marmolín lo sigue. En una ocasión se burla de dos observadores que permanecieron horas vigilando si se movía. Ni bien se retiran defraudados, se arroja al suelo para reírse hasta las lágrimas. En otra está absorto estudiando un libro de magia y desaparece el pedestal, pero él se mantiene suspendido en el aire.

En revista Leoplán, 1950.

Mujer al fin y Dedalina fueron historietas de su producción, y realizó, además, un sinnúmero de tiras aisladas, sin protagonista.
Pero principalmente sobresalió como caricaturista, uno de los mejores de la década del cincuenta y de toda nuestra historia. En 1950 obtuvo la Medalla de Oro del Quinto Salón Anual de la Asociación de Dibujantes y el primer premio en la categoría Dibujo Humorístico en la Tercera Exposición de Arte de Propaganda. Por su parte, Luis Ordoñez  manifestó el 30 de junio de este año 2012 que “La caricatura fue mi pasión siempre y me llegó por contagio de un gran dibujante, para mí el mejor caricaturista argentino, que fue Abel Ianiro. (...) me llamaba la atención cómo se podía deformar tanto a una persona y mantener el parecido...

En revista Rico Tipo, 1950.


Dibujó caricaturas de grandes actores en colores y también en blanco y negro. En éstas últimas, sus sombreados son espectaculares y revelan un avanzado criterio plástico. En la de Carlos Thompson, se muestra imaginativo empleando grises y buscando cierta intencionalidad artística. Captó la imagen del actor a través de su infaltable pipa, su abundante cabellera y sus ojos rodeados de cejas y párpados gigantescos, como si una criatura fantástica se hubiese posado sobre su rostro. La de Raf  Vallone logra que la cara sea la prolongación de su físico de luchador. En la de Dick Bogarde se observa la sutileza de la línea y el deslumbrante toque de aguada, técnica en la que descolló. Peter Lorre parece haber sido fotografiado mientras se contemplaba en un espejo deformante. Resulta increíble el dinamismo que irradia la caricatura en primer plano de Amedeo Nazzari, intérprete de tantos papeles dramáticos, cuya personalidad supo volcar con profundidad. Con David Niven optó por poner el acento en los ojos, como con Carlos Thompson y, aunque éste fue un galán y el primero más bien un comediante, de ambos emana una mirada melancólica.

En revista Rico Tipo 1947.

Respecto a las caricaturas en colores que salieron en las tapas de Canal TV, es tan imaginativa y original la de Dolores del Río que se está ante una imagen que no admite comparación: es un mundo gráfico en sí mismo. Se destaca por su movimiento, su composición y las incontables curvas (las cejas, las pestañas, los carnosos labios y esas manos pequeñas que parecen pájaros a punto de volar). La amplia y característica sonrisa de Nat “King” Cole parece reflejarse en el teclado del piano y contar con vida propia, como si intentara salirse de la tapa. Juan D´Arienzo está enfocado con un plano americano en tanto marca el ritmo. Johnny Wesmuller y su mona Chita transmiten la sensación de ser dos modelos para un filme de animación. Sammy Davies Jr. asoma en toda su gestualidad para lo cual Ianiro no temió distorsionar sus facciones al máximo. Carmen Sevilla no deja de ser bonita: cabello, manos, vestido y rostro se articulan en una espléndida armonía visual. Por su parte, Pedrito Rico impresiona como si pretendiera enroscarse en forma de caracol. Lograda la peculiar sonrisa compradora de Fernando Lamas, equiparable a la del mismo Gardel, y Tita Merello es pura síntesis y simplicidad. La de Narciso Ibáñez Menta bordea la pintura estilo ilustración, con rasgos representados con suma discreción. Detrás del plano medio del actor se insinúa una silueta oscura que evoca a Mr. Hyde.

En revista Rico Tipo, 1950.

Después de recorrer con admiración y alegría estos soberbios trabajos, sólo cabe repetir que Abel Ianiro fue un artista gráfico impresionante, tanto en la caricatura como en el humor. O sea, ¡un grande!


Germán Cáceres



Bibliografía

-Accorsi, Andrés, “Abel Ianiro”: http:/www.comiqueando.com.ar
-Cinelli, Juan Pablo, “El dibujante que es una marca registrada de la caricatura nacional”: http://tiempo.infonews.com.
-Gociol, Judith, y Rosemberg, Diego, La historieta argentina/Una historia. Ediciones de la Flor, Buenos Aires, 2000.
-http://barriletevirtual.blogspot.com.ar: “¿Quién fue ABEL IANIRO?”
-http://es.wilkipedia.org: “Purapinta”.
-http://www.museodeldibujo.com: “Ianiro, Abel”.
-http://www.pacoduqueypipamania.com.ar: “Abel Ianiro”.
-Oche, Califa, La Argentina que ríe: el humor gráfico en las décadas de 1940 y 1950. Fondo Nacional de las Artes, Buenos Aires, 2007.
-Sanguiliano, Héctor Sanyú, 100 años de historieta en el mundo/La historieta en la historia argentina. Aiglé Ediciones, Buenos Aires, 1997.
-Siulnas, Aquellos personajes de historieta (1912-1959). Punto Sur Editores, Buenos Aires, 1987.
-Trillo, Carlos y Saccomanno, Guillermo, Historia de la historieta argentina. Ediciones Record, Buenos Aires, 1980.

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